Bluetooth: cuál es el curioso origen del nombre y logo de esta tecnología

altavoz bluetooth

Seguro que de un modo u otro la mayoría de vosotros utilizáis esta conocida tecnología inalámbrica, nos referimos al Bluetooth, a diario. Ya sea para conectar el ratón o el teclado a vuestro equipo de sobremesa, o para sincronizar los auriculares con el móvil, por ejemplo.

Hablamos de una tecnología inalámbrica que con el paso de los años se ha extendido a todo tipo de dispositivos y modos de uso relacionados con la tecnología. Las ventajas que nos ofrece esta conectividad sin cables en estos instantes son conocidas por la mayoría y su utilidad está fuera de toda duda. Incluso utilizamos la conectividad Bluetooth en ocasiones sin ni siquiera darnos cuenta y en dispositivos que no sabíamos que funcionaban así.

Pero si nos paramos a pensar un momento en el nombre asignado a la esta, Diente azul en la lengua de Cervantes, quizá lleguemos a la conclusión de que no tiene mucho sentido. Claro, como casi todo, esta nomenclatura que en su momento se utilizó para denominar una tecnología inalámbrica como esta, tiene su razón de ser. Esto es precisamente de lo que os hablaremos a continuación.

No hace falta decir que nos encontramos ante una tecnología de conectividad de corto alcance que poco a poco se ha ido extendiendo en todo tipo de entornos y modos de uso. Pues bien, su nombre inicial de Bluetooth se estableció en el pasado año 1996 por parte de uno de sus desarrolladores, Jim Kardach.

Origen del nombre Bluetooth

Si nos remontamos a ese año de finales del siglo pasado, dicho desarrollador estaba leyendo la novela histórica The Long Ships. Para que os hagáis una idea, hablamos de un libro que se centra en la historia vikinga del escritor sueco Frans G. Y precisamente de ahí es de donde le vino la idea inicial para el nombre de esa tecnología inalámbrica en la que estaba trabajando, Bluetooth.

Y es que en realidad el nombre proviene de uno de los reyes vikingos que aparecía en dicha novela. En concreto nos referimos a Harald Blåtand, cuya traducción al inglés es Harald Bluetooth y que le inspiró en ese momento. De hecho hay que tener en consideración que este término que se designó para dicha tecnología inalámbrica de la que os hablamos, en un principio tan solo era un nombre en clave provisional.

Con el fin de entender todo esto un poco mejor, decir que Harald Blåtand Gormsson fue un rey vikingo que vivió a mediados del siglo X en Dinamarca. Se le atribuye la unión en un solo reino cristiano de tribus danesas que estaban enfrentadas entre sí por aquella época.

Harald bluetooth

Partiendo de la base de que Blåtand se traduce como Diente azul o Bluetooth, el ingeniero llegó a la conclusión de que era el nombre más adecuado. Y la razón, desde su punto de vista, era bastante simple. Mientras que Harald Bluetooth fue conocido por unir Escandinavia, esta tecnología uniría las industrias del PC y de los dispositivos móviles, sin cables.

Como decimos, en un principio fue el nombre en clave provisional, y acabó siendo el definitivo. Se barajaron otras nomenclaturas como RadioWire o PAN (Personal Area Networking), pero ninguno de estos terminó de cuajar.

De dónde procede el logo de la tecnología

Por otro lado nos encontramos con otro elemento reconocible en todo el mundo que es el logo que utiliza el Bluetooth. Si en algún momento os habéis preguntado acerca del origen del mismo, decir que tiene mucho que ver también con los vikingos. Al igual que sucede con su nomenclatura final, el símbolo que forma parte del logotipo tiene sus raíces en esta cultura.

En realidad se trata de una combinación de dos runas de la época. Son símbolos sagrados del alfabeto vikingo que por aquella época se utilizaban en todo tipo de inscripciones. Así, los desarrolladores de la tecnología cogieron las iniciales de Harald Bluetooth, la H y la B, y las unieron para crear una nueva runa que formase parte del logo.

logo bluetooth

A partir de ahí el resto es historia, ya que se ha convertido en una de las tecnologías inalámbricas más utilizadas en todo el globo.

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Author: David Onieva