Realizarán prueba de ADN a supuesta madre de Luis Miguel en Argentina

El misterio sobre el paradero de Marcela Basteri, madre de Luis Miguel está más vigente que nunca, pues mucho se ha especulado sobre que ocurrió con ella desde la última vez que se le vio en septiembre de 1986 en medio de maltratos de su pareja, Luisito Rey y la apretada agenda de su hijo.

La recolección de muestras de ADN se realizará tanto a la Honorina, como a Ivana Analía Basteri y Flavia Carla Basteri, primas de la madre de Luis Miguel, quienes aseguran tener pruebas contundentes de que Marcela Basteri estaría internada en ese hospital neuropsiquiátrico con una identidad falsa.

En un programa de televisión argentino en el que Ivana y Flavia estuvieron presentes como invitadas, expresaron su entusiasmo ante la posibilidad de que se confirme la identidad de Marcela Basteri, además afirmaron que la mujer en cuestión se encuentra en buen estado de salud y bien cuidada.

Revelaron que, en caso de que la prueba de ADN salga negativa, ellas seguirán visitando a Honorina Montes, quien está internada en dicho centro de salud mental.

¿Cómo desapareció Marcela Basteri?

En 1985 Marcela viajó al pueblo de Toscana, en Italia, donde tenía familiares que la recibieron y alojaron hasta agosto de 1986, la mamá de “El Sol”, se encontraba en medio de una depresión por los malos tratos de Luisito Rey y el distanciamiento de sus hijos mayores, Luis Miguel y Alejandro.

En la Toscana pasó los últimos meses con Sergio, el hermano menor del cantante, quien entonces era solo un bebé.

Su tía, Adua Basteri fue la última persona de su familia que la vio con vida, cuando la llevaron al aeropuerto de Pisa para que viajara a Madrid junto a Sergio, a encontrarse con Luismi y para arreglar los documentos de los bienes de Luis Rey que, para evadir al fisco, estaban a nombre de Basteri.

Diversas versiones apuntan a que fue Luisito Rey quien se encargó de desaparecer a Marcela, e incluso se especula que fue él quien podría haber ordenado su asesinato, mientras que otros afirman que está viva y solo tiene otra identidad.

Excélsior