Los pinzones de Darwin no están plenamente adaptados a su medio

El estudio de cuatro especies de pinzones de Darwin en la islas Galápagos señala que un hábitat diverso, con diferentes tipos de recursos alimenticios, favorece en última instancia su evolución y persistencia, aunque aún tienen camino por recorrer para alcanzar su máximo potencial en la carrera evolutiva.

La revista Evolution publica un estudio, con participación de la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC), que ha recopilado datos de campo durante casi dos décadas para estudiar las bases de la formación de especies en las Islas Galápagos, un laboratorio natural icónico.

El equipo utilizó datos de cuatro especies de pinzones de Darwin que evolucionaron a partir de un ancestro común hace aproximadamente un millón y medio de años.

Los resultados indican que esas especies de pinzones no habían «alcanzado la cima de su montaña de eficacia biológica, lo que sugiere que las poblaciones aún podrían continuar evolucionando para alcanzar su máximo potencial».

Sin embargo, también es posible que existan algunas limitaciones genéticas que impidan a las poblaciones alcanzar sus picos de eficacia biológica, indica el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), en un comunicado.

El equipo construyó un detallado paisaje de ‘fitness’, una especie de mapa que permite establecer asociaciones entre características de los individuos, como el tamaño y la forma del pico, y medidas de su eficacia biológica o ‘fitness’, como la longevidad.

El concepto de este paisaje «es análogo a un conjunto de montañas en un mapa topográfico, en el que poblaciones con altos valores de eficacia biológica se representan como montañas altas separadas entre sí por valles, que corresponden a las poblaciones con valores más bajos de eficacia biológica”, señala Carlos Camacho, científico en la EBD-CSIC y coautor del estudio.

El estudio también destaca la utilidad de los paisajes de fitness como herramienta para comprender cómo las especies de plantas o animales pueden adaptarse a los cambios en las condiciones ambientales.

Dibujar con precisión estos paisajes de ‘fitness’ en poblaciones salvajes no es tarea fácil, para ello, necesitaron capturar, marcar, medir y seguir a lo largo de sus vidas a más de 3.000 pinzones de Darwin en su entorno natural para construir, por primera vez, un paisaje de este tipo para estos animales.

Gracias a ello, pudieron confirmar los rasgos evolutivos que mejoran la eficacia biológica de cada una de las especies de pinzones, así como el potencial de los paisajes de fitness para ayudar a los científicos a comprender cómo se forman nuevas especies.

La Crónica