El Museo del Estanquillo evoca a caricaturistas que combatieron al Porfiriato

: Jesús Martínez Carrión (atribuido). Cómo nos encuentra el año nuevo. Tomado de El Hijo del Ahuizote, T. XV, N. 715, 7 de enero de 1900. Litografía coloreada a mano.

Jesús Martínez Carrión es un caricaturista olvidado que, junto con Daniel Cabrera y los hermanos Flores Magón, impulsó las publicaciones de El Hijo del Ahuizote, periódico que combatió al gobierno de Porfirio Díaz y que le valió el encierro en las mazmorras de la cárcel de Belén. Hoy, su trabajo es mostrado en la exposición «Caricatura y revolución. Los Flores Magón y las revistas satíricas de combate», a inaugurarse este sábado en el Museo del Estanquillo.

La muestra reúne más de 500 piezas entre óleos, dibujos, litografías, grabados en metal y fotografías; además presenta ediciones originales de las publicaciones El Ahuizote, La Orquesta, El Hijo del Ahuizote, El Colmillo Público y El Ahuizote Jacobino.

En un recorrido por la exhibición, Rafael Barajas “El Fisgón” explicó que El Hijo del Ahuizote surgió en 1885 y fue dirigido en diferentes momentos por Vicente Riva Palacio, Daniel Cabrera, Luis Cabrera y los Flores Magón, es decir, la vanguardia del grupo revolucionario.

La publicación fue reprimida por Porfirio Díaz hasta lograr su extinción debido a que la mayoría de sus colaboradores tuvieron que vivir en exilio, sin embargo, un caricaturista no abandonó el país ni la Ciudad de México: Jesús Martínez Carrión, quien lanzó su propio periódico, El Colmillo Público.

“Primero lo presentó como una publicación costumbrista, de crítica social, aseguró que no se metería en asuntos políticos y efectivamente así fue en los primeros números. Por ejemplo, observamos una caricatura de un borracho diciéndole al policía: hace mucho frío, miénteme la madre a ver si me caliento”, narró “El Fisgón”.

A medida que avanzó el tiempo, la publicación se radicalizó hasta convertirse en nuevo hijo de El Ahuizote por su crítica constante a Porfirio Díaz.

“En abril de 1905, Jesús Martínez Carrión fue encarcelado y tras su libertad, salió radicalizado, entonces hizo unas caricaturas brutales de Porfirio Díaz, se convirtió en una revista sediciosa, estuvo al tanto de la rebelión de Cananea e hizo la denuncia de esa rebelión”, señaló el curador.

Una caricatura que destacó “El Fisgón” fue donde aparece un monstruo de tres cabezas: clericalismo, capitalismo y militarismo, a un lado está el pueblo obrero tratando de detener el pescuezo del capitalismo y la prensa independiente le pica el cuerpo con la pluma del socialismo.

“En 1906, a Martínez Carrión lo metieron a las bartolinas de Belén, eran lugares pestilentes y cuando lo sacaron fue para que muriera porque además sabían que los Flores Magón estaban convocando una insurrección armada. Lo sacaron muerto, fue el primer mártir de la Revolución Mexicana y está olvidado”, afirmó “El Fisgón”.

REVUELTA ESTUDIANTIL Y PERFORMANCE

En El hijo del Ahuizote colaboraron esencialmente tres caricaturistas: Daniel Cabrera que firmaba como Fígaro, Santiago Hernández y Jesús Martínez Carrión quien empezó a publicar en 1895.

“Daniel Cabrera publicó El Hijo de Ahuizote y al año de su publicación lo encarcelaron y a Vicente Riva Palacio lo mandaron de embajador a España, es decir, la primera redacción de El hijo del Ahuizote sufrió una brutal represión. Cuando Cabrera salió de la cárcel, volvió a publicar El Hijo del Ahuizote porque tenía muy claro que estaba sembrando el descontento para una futura insurrección”, destacó el curador.

La visibilidad de ese periódico aumentó cuando en 1892 surgió el primer movimiento antirreeleccionista que congregó a la comunidad estudiantil y a círculos obreros, un movimiento poco estudiado que, en palabras de «El Fisgón”, fue el 68 del siglo XIX.

“Los activistas sufrieron represión, fueron encarcelados y El Hijo del Ahuizote publicó en la parte media a los presos y Los Flores Magón formaron parte de la generación de 1892”, agregó.

En 1900, Daniel Cabrera sufrió un infarto cerebral, quedó hemipléjico y aun así fue encarcelado, entonces el periódico quedó en manos de su sobrino Luis Cabrera, para después pasar a manos de los hermanos Ricardo y Jesús Flores Magón.

“Los Flores Magón pusieron en circulación Regeneración que en un inicio no era un periódico subversivo, su guía era ser un periódico jurídico, revisaban los casos y decían por qué estaban mal y el caso que más trataron fue El hijo del Ahuizote”, dijo “El Fisgón”.

Los Flores Magón siguieron el relato antidictatorial y anti porfirista de la época, publicaron caricaturas de Díaz como rey, aplastando al pueblo, y Díaz en decadencia, imágenes icónicas de la Revolución Mexicana.

Un documento que resaltó “El Fisgón” es una fotografía publicada el 5 de febrero de 1903, la que considera el primer performance en el país: la redacción de El Hijo del Ahuizote disfrazó las instalaciones como si alguien hubiera muerto y colocaron la leyenda ‘murió la Constitución’.

“No contentos con hacer eso, sacaron la foto y la publicaron para decir: nosotros le estamos plantando cara al régimen. Díaz los persiguió durante años y la represión fue tan brutal que metieron a la cárcel tanto a los escritores como a los papeleros, a los vendedores de periódicos, a todos los colaboradores e incautaron las imprentas”, detalló.

La Crónica